lunes, 16 de noviembre de 2009

Ver, oír y callar.

Si cierro los ojos, se me llena la cabeza de pamplinas. Si los abro, se me llenan los ojos de tonterías. Si los entreabro, no hago más que entrever estupideces. Por eso abriré los ojos en la oscuridad, los cerraré cuando la luz sea tan fuerte que me invite a dormir y los entreabriré cuando las tonterías sean más grandes, para verlas sólo a medias.

5 comentarios:

  1. Me gustan esas "tonterías" que escribes.

    Firmado: Uno que tiene la cabeza llena de pájaros.

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  2. Sí, es complicado moverse por este mundo. Pero tenemos formas de mejorarlo... A mí también me encanta cerrar los ojos, pero para soñar, o para sentir el calor del sol en mi cara... ¡pero cuidado!: Ojos que no ven, tortazo que te metes.

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  3. Ya te digo, te puedes romper la crisma en un momento, pero ya sabes que el hombre es el único animal que vuelve a cerrar los ojos y darse un tortazo, así, que cada uno se dosifique su no mirar como crea conveniente.

    El oír y el callar se encuentran subyacentes... hay que meditar profundamente en el texto para averiguar en qué posición se encuentran, porque se encuentran.

    En cuanto a tener la cabeza llena de pájaros, es bonito, le permite a uno entretenerse en momentos de profundo aburrimiento, pero hay que tenerlos bien adiestrados, para que no salgan a paseo en cualquier momento y armen un escándalo.

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  4. Jejejeje, eso me recuerda a los famosos tres monos sabios: ver, oír y callar... Por cierto, existen imágenes muy graciosas sobre el tema.

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