miércoles, 24 de junio de 2009

He roto el jarrón de la mesa del comedor y me da igual.

El caso es que era bonito, le había puesto debajo unos mantelitos rústicos del Ikea, que no servían para comer ni nada de eso, eran de adorno, porque cuando se come en esa mesa los mantelitos se retiran y se pone un mantel que se pueda pringar bien agusto. Y yo que pensaba que era más hippy para esas cosas y resulta que no, que la decoratividad por la decoratividad pudo conmigo. Total, que planté la máquina de coser encima de la mesa (previamente retirados los mantelitos, por supuesto), y con las prisas de irme al concierto y un movimiento desafortunado de mano con afán de hacer más hueco el jarrón se vino abajo, al rincón de la lámpara. Qué bajón, ese jarrón nos había acompañado en casa durante años y años, y ahí se quedó tirado durante el concierto, y después, y al día siguiente también. Hoy me he dedicado entre otras cosas a limpiarlo bien y recogido las flores para guardarlas. Las flores son bonitas, las hizo mi abuela con miga de pan y creo que las reciclaré colocándolas en otro sitio. Al fondo del jarrón, sujetando los alambres de las flores, varias páginas de un Marca extremadamente amarilleado... ya digo que tiene muchísimos años. Me he cargado una reliquia. ¿Es grave? No sé lo que será pero me da lo mismo. Y eso... ¿es grave?


1 comentario:

  1. Pedorra!! A ver si pones cositas nuevas, que luego te quejas de que no te leemos!!

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