sábado, 30 de enero de 2010

Permuta cualitativa.

De la alegre primavera su ternura,
del otoño su color,
del verano su blancura
y del invierno su candor
te daría si una vez y sólo una
de tu luz ese candor,
de tu risa la blancura,
de tus ojos su color
y de tus manos ternura
me ofrecieses, blanca luna.

miércoles, 27 de enero de 2010

Haiku

Moon in the dark sky,
green grass on the floor grows,

there is light on both.

viernes, 15 de enero de 2010

Tropezar es de sabios.

Uno va andando con la gallardía que le corresponda a su presencia (cada cual con la suya propia), orgulloso de estar en esta vida, de ser una persona decente y de buen talante, disfrutando del paisaje, seguro de sus pasos, quizá pensando en dónde está aquella tienda o qué graciosos aquellos pájaros o aquel hombre que pide dinero qué bien toca la flauta… el ritmo es constante, el impulso perfecto, la temperatura es adecuada: uno, dos, uno, dos, con un ligero tambaleo de un lado a otro, va caminando tranquilamente hasta que WOP, eso es lo que sale por la boca cuando de pronto uno ya no mira al frente, porque ha visto en un instante violentamente interrumpida su armonía en el caminar, la cabeza describe un arco en el aire que la dirige hacia delante, haciendo que ésta llegue mucho antes que el resto del cuerpo, sí, que llegue a ningún sitio en concreto, simplemente, más rápido que el resto del cuerpo. Por fortuna, somos ágiles y elegantes y, después de tan sublime elevación, plantamos firmemente los dos pies en el suelo, nos erguimos si cabe más que antes y, tras mirar indignados qué baldosa levantada, piedra, pivote o diabólico artefacto del pavimento produjo aquel vistoso tropezón, seguimos caminando como si nada, incluso como si, por qué no, nos hubiera dado por dar de repente un salto callejero por adelantar un segundo en nuestra vida, porque no quisimos pisar a un animalillo o porque nos vino a la mente una idea genial, porque somos sabios, porque, efectivamente, tropezar es de sabios. Hoy me he tropezado ya tres veces.

lunes, 11 de enero de 2010

Eclipse mental.

“… que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero…” –Ya me estoy plagiando otra vez–dijo Miguel, que hizo un borrón con su pluma y salió a dar un paseo para refrescarse.

viernes, 1 de enero de 2010

"Quiero ser un gato parisino"

Mi gato quiere ser un gato parisino porque son mucho más sofisticados y gatunos, esto es, que cuando se asoman a la ventana resultan mucho más bohemios que los de aquí. Mi gato es lo más bohemio del mundo, pero aún quiere serlo más y, en su intento de ser lo más gato posible y visto que cazar ratones imaginarios, jugar con ovillos de lana, ronronear y quedarse pensativo horas y horas en la tarde ante las pelusas no es suficiente, ha decidido ponerse en huelga gatuna, no sé con qué clase de pretensiones. Gato: lo que hay ahí fuera no te hace más ni menos gato, te lo haces tú de ventana para dentro.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Ansia desmedida de dulzura.

Casimiro le echó el ojo con ansia, ¡deleite azucarado sabrosón, son, son, la salsa de la vida! “No te vayas, no te vayas” le dijo y, cuando se fue, se quedó más triste que el alpiste, desnutrido, desganado y desviado de su propósito. Qué le costaría a doña Saturnina darle un bocadito de aquel caramelo, el merengue que coronaba su tarta como si fuera una pamela, copete supremo, el sabor de los sabores que deleitan al paladar.

Cuando pasó un ratito, Casimiro recapacitó en su circunstancia y volvió a acercarse a doña Saturnina: “doña Saturnina, se fue usted, no se vaya otra vez” le dijo, y al ver que le miraba con esa cara de espanto que habría hecho echar a correr a cualquiera dijo “bueno pues déjeme arrimar la nariz”, y se llevó tal sopapo que le dejó de oler el olor, saber el sabor y sentir el sentido. Y aquellas tripas rugiendo… “Bueno, si te portas bien a lo mejor te traigo lo que sobre, si es que sobra”, dijo la señora, implantando de manera automática la felicidad en la cara de Casimiro, ¡una esperanza! Y así, en el número 24 de la calle del Olvido se quedó Casimiro sentado esperando una sobra que, por lo que se ve, no llegó a sobrar, porque ni Saturnina tarta en mano, ni merengue, ni deleite azucarado sabrosón, son, son aparecieron nunca jamás por aquella acera tan aromática.

martes, 1 de diciembre de 2009

Exhortación natural.

Sácale brillo a la luna, solete.